Esto es algo que se van a plantear muchos padres en la adolescencia, e incluso más allá. Hablamos de una fase de la vida donde l@s hij@s tienden por su propia evolución a alejarse de los padres, a experimentar, a centrarse en su grupo de amig@s, a buscar límites...
Esto hace que sus progenitores empiecen a ver cosas y actitudes que nunca antes podrían siquiera haber imaginado. Lo cual lleva a una preocupación lógica y a un desconcierto absoluto, porque cualquier intervención antes se veía aceptada y acatada, ahora nos encontramos con una pasotez absoluta y, si nos descuidamos, hasta con burla. No lo comprendemos y esa situación nos lleva a pensar que puede estar consumiendo algo, si además, en alguna ocasión le vemos en malas condiciones 2+2=4.
Hasta aquí nos vale para todo tipo de drogas. En esta primera parte hablaremos a partir de ahora sólo de las legales (alcohol y tabaco).
Comenzar diciendo que el tabaco es la única droga que no va a afectar a su comportamiento y, por ello, debe ser tratada a parte de las demás. No queremos decir que no sea preocupante, sino que por su consumo no se va a meter en otros lios. Sin embargo es la droga de inicio para muchos. ¿Qué significa eso? Pues que si no llega a fumar tabaco es más dificil que llegue a otros consumos, no que por fumar llegue a los consumos; es decir que por fumar no tiene que consumir otras cosas, pero si no fuma es más dificil que llegue a hacerlo.
Una de las primeras formas que tenemos de controlar el consumo de sustancias es saber sus gastos, ya que hasta el tabaco ha subido mucho de precio. Sin embargo no somos partidarios de otros controles más exhaustivos como revisar su ropa o su habitación. Porque si pillamos un paquete ¿qué hacemos?. Nos cabreamos y no decimos nada, con lo cual no nos servirá de nada o vamos con el cabreo a ver que nos dice y le decimos que lo hemos pillado entre las ropas con lo cual el enfado será suyo por el registro y (nos importe o no eso) habremos cortado incluso más la comunicación.
En el caso del alcohol es más evidente porque va a afectar a su comportamiento, le podemos ver borracho... Lo primero es decir que cuando eso pasa por primera vez, en muchas ocasiones, se toma a broma o se piensa que es culpa de l@s amig@s. Ese no es el enfoque hay que afrontar el tema con seriedad, (al día siguiente más tranquil@s tod@s). Hablarle de nuestra preocupación por el tema, por como se encuentra, porque no nos gusta verlo así... Debemos enfocarlo más como nuestro problema que como el suyo. ¿Por qué? De otra forma nos contestará que ha sido una vez, que no pasa nada, que no hay ningún problema. Así al menos le cortamos esa vía de huida. Lo siguiente es imponer un castigo (de esto ya hablamos en su momento) y cumplirlo.
Aún así dejar claro que la mejor prevención la debemos hacer mucho antes, cuando es un niñ@, de manera que tenga un criterio y una personalidad propias para saber elegir.
Por último decir que en breve escribiremos la segunda parte donde hablaremos del resto de drogas.
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