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lunes, 25 de abril de 2011

Mi hijo no hace los deberes

Es habitual que nuestros hijos no quieran hacer los deberes. ¿Qué hacemos? Lo primero matizar que es lo más normal, ¿a cuántos adultos les gusta trabajar? La mayoría lo hace porque es su responsabilidad y como tal debe cumplir con ella.
Pues de eso se trata, si conseguimos que le guste la escuela perfecto, pero eso es muy complicado y sí debe llegar a la conclusión de que es su responsabilidad y como tal trabajarla.
Primero es muy importante que contemos con el apoyo del maestro, aunque a veces, parezca lo contrario tanto profesionales como padres debemos trabajar en común y para ello son importantes las reuniones de tutoría donde nos informan de la evolución de nuestro hijo en clase.
No se trata de enfrentarnos con el profesional si las cosas no funcionan, sino de elaborar un plan de acción común. Sin embargo no olvidemos que la educación es un trabajo dividido y la parte de la clase corresponde al maestro y la de casa a los padres (preferiblemente en plural).
Lo primero es saber cual es la tarea para hacer cada día (para eso es importante contar con la colaboración del maestro, una agenda donde el niño apunte los deberes y nosotros podamos leerlos es una buena opción).
Después estar con nuestro hijo mientras hace los deberes, no es necesario ayudarle (tampoco está mal; pero nunca hacerlos por él, eso no sirve de nada), se trata de comprobar que está trabajando en un sitio accesible, que podamos verle, sin molestarle. Es habitual que el niño se cierre dos horas en su habitación y se las pase jugando al ordenador o la consola. Tiene que sentir que sabemos lo que está haciendo.
Al terminar debemos comprobar que ha hecho los deberes, al final de la tarea, pero también podemos hacerlo durante la tarea; tampoco es extraño que el niño se haya tirado una hora trabajando "arduamente" en un dibujo...
Según vaya creciendo el niño y mejorando en sus resultados no podemos hacer el mismo seguimiento, sino que debemos dejar que poco a poco él regularice sus actuaciones y lo vea como algo normal.
Y siempre conocer de forma regular que nuestro hijo hace los deberes, trabaja en clase, tiene un comportamiento adecuado...

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Parece complicado hasta leyéndolo, hacerlo aún más...
Yo cuando se pone a llorar porque quiere jugar, se me cae el alma a los pies y al final hace lo que quiere.

admin dijo...

Hola!
Es verdad que es muy complicado decirle no a un hij@, pero debes pensar que lo haces por él/ella. En caso contrario cada vez te costará más porque sabrá que al final te gana esa "guerra".
¡Animo!

maria dijo...

Yo soy incapaz de hacer que mis hijos estudien, no se que hacer, ahora el mayor me dice que si yo no estudie porque tiene que hacerlo el

admin dijo...

Hola María! Un problema muy común, nos quedamos sin palabras cuando nos dicen eso ¡y tu que hacias cuando eras como yo!...
Lo afrontaremos en el próximo artículo.

Anónimo dijo...

Nuestros niños tienen una jornada escolar como la de un adulto, si pasan tantas horas en el colegio...¿porqué tienen que hacer deberes? ¿cuando jugar?
Soy madre y abuela y ¡¡¡ESTOY EN CONTRA DE LOS DEBERES!!

admin dijo...

Existen muchas opiniones diferentes sobre el tema, en nuestro caso creemos que los deberes son importantes. Logicamente adaptando el tiempo a la edad de l@s niñ@s. No se trata de ponerlos un trabajo excesivo. Pero si de que conozcan el esfuerzo y la responsabilidad que será clave en su vida cuando sean adult@s y que deben ir adquiriendo desde que son niñ@s. Es imposible adquirir esa responsabilidad de golpe y la escuela debe ayudar a que crezcan en esa faceta también.
Otra cosa es que necesitan tiempo para jugar y, eso estamos de acuerdo. No debemos cargarlos con una gran cantidad de deberes y, además, con actividades extraescolares que no les deje tiempo para el juego, que también es una parte vital en su desarrollo como personas. Ni las actividades extraescolares ni los deberes están mal en si mismas, si la cantidad que, en ocasiones, tienen que hacer los niñ@s y les impide jugar, en eso estamos de acuerdo.
Sin embargo debe haber tiempo para todo y su capacidad para organizarse, cuando son pequeños con nuestra ayuda, también es parte de su maduración.